Historia de la Parroquia San Joaquín, Risaralda, Caldas
La historia de la Parroquia San Joaquín de Risaralda, Caldas, está profundamente entrelazada con el nacimiento y desarrollo del municipio. Desde los albores del siglo XX, cuando las hachas de los colonizadores anunciaban el fin de la selva y el inicio de la civilización antioqueña, familias pioneras comenzaron a establecerse en esta región, dando origen a lo que hoy conocemos como Risaralda. Este relato está basado en el libro Hojas de Historia. Recuerdos de la Colina del Viento de Fabio Vélez Correa y Germán Ocampo Correa.
Los Primeros Pasos de la Comunidad
Fundación del Primer Templo
La vida religiosa fue un motor esencial para la comunidad desde sus inicios. Con gran esfuerzo, los fundadores desmontaron terrenos para construir una plaza central, alrededor de la cual se edificó un rústico templo de guadua y madera. Este lugar de culto, marcado por una cruz en su cima, contó con la asistencia regular de sacerdotes provenientes de Anserma, quienes celebraban misas para mantener la fe viva entre los pobladores.
Bajo la guía del primer párroco, Venancio Osorio (1918-1935), se inició en 1922 la construcción de un templo más sólido con maderas provenientes de zonas cercanas como Cambia y Carboneral. Este primer templo, terminado en 1927, destacó por sus frontis de tres torres de madera cubiertas con láminas de zinc. Sin embargo, con el paso del tiempo, los materiales se deterioraron, lo que llevó a la necesidad de construir una estructura más resistente.
El Templo Actual
En 1951, el presbítero Justo Pastor Loaiza (1950-1964) lideró la reconstrucción del templo utilizando materiales duraderos como concreto y granito. Este proyecto culminó en 1954, dando origen al imponente edificio actual, considerado una joya arquitectónica del departamento de Caldas. La iglesia cuenta con una fachada de granito, una torre de 31 metros de altura con un mirador que ofrece vistas panorámicas de los valles y cordilleras circundantes, y un área total de 988 metros cuadrados.
El diseño arquitectónico del templo combina estilos jónico, romano y barroco, y es una de las pocas iglesias con cuatro naves: una principal, dos laterales y una adicional en su costado izquierdo. Además, el templo cuenta con dos tipos de campanas: tradicionales de bronce y eléctricas, estas últimas inauguradas en 1962.
Detalles y Arte Religioso
Las puertas de acceso, bellamente talladas por el artesano Manuel Salvador Osorio, son un testimonio del talento local. Dentro del templo, destacan esculturas de santos y santas realizadas por el escultor Moisés Gallo, incluyendo la Sagrada Familia, San Joaquín (patrono de la parroquia) y el Resucitado. Una escultura especial de la Virgen del Carmen, una de las dos existentes en el mundo, es también parte del legado artístico del lugar.
El templo también cuenta con un comulgatorio de granito, diseñado en 1937, y un reloj alemán de la compañía Jungss, instalado en 1954. Este reloj, con un mecanismo pendular y pesas de concreto, marca la hora en sus cuatro costados y es mantenido actualmente por un mecánico automotriz local.
Un Legado Vivo
A lo largo de sus más de 100 años de historia, la Parroquia San Joaquín ha sido un centro espiritual y cultural para la comunidad. Con renovaciones continuas, como la modernización del piso en 1999 bajo el liderazgo del presbítero Fabio Hernando Carmona, y el cuidado constante de su infraestructura y arte, el templo se mantiene como un lugar de fe y patrimonio para las generaciones presentes y futuras.
La Parroquia San Joaquín no solo es un testimonio de la devoción de sus habitantes, sino también un símbolo del espíritu resiliente y emprendedor que ha caracterizado a esta región desde sus primeros días.